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La salud mental es un derecho que las prepagas deben garantizar

La Asociación de Psicólogas y Psicólogos de Buenos Aires manifiesta su extrema preocupación ante las decisiones tomadas por algunas empresas de medicina prepaga y servicios de salud respecto a las prestaciones de salud mental en el contexto crítico de la pandemia por el coronavirus COVID-19. Algunas de las mencionadas instituciones se niegan a reconocer las prestaciones no presenciales para sus afiliados y afiliadas, dejando así a gran cantidad de usuarios y usuarias sin sus tratamientos terapéuticos habituales (tratamientos que podrían ser llevados a cabo y reconocidos en forma virtual y remota), mientras se mantenga la cuarentena obligatoria decretada por el Poder Ejecutivo Nacional.
Consideramos que esta decisión:

  • Vulnera los derechos de las afiliadas y los afiliados, ya que en este contexto de aislamiento obligatorio para muchas personas se vuelve sumamente necesario contar con sus espacios terapéuticos habituales. Aunque las empresas decidieran atender a aquellas personas que presenten una urgencia o una situación crítica, para ellas no es lo mismo atenderse con su prestador habitual que atenderse con un profesional desconocido. Para quienes necesiten su espacio terapéutico, aun sin encontrarse en situación de riesgo, esta decisión los deja sin atención. Interrumpe la cadena de cuidados, tan necesaria en estos tiempos.
  • Vulnera los derechos de los y las profesionales de salud mental, de por sí ligados a estas empresas por regímenes laborales precarizados, en tanto los y las deja sin ingresos en este período tan difícil para nuestra sociedad.
  • No respeta las recomendaciones realizadas por la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones perteneciente al Ministerio de salud de la Nación para la asistencia y continuidad de la atención ambulatoria en salud mental durante la pandemia (IF-2020-18134102-APN-DNSMA#MS).
    En este sentido la Asociación de Psicólogas y Psicólogos de Buenos Aires pone en conocimiento acerca de las consecuencias dañinas para la salud mental de estas decisiones empresariales, que dejan desamparados a los pacientes, atentando contra la solidaridad colectiva y actuando en forma contraria a la ética requerida para enfrentar la situación que estamos padeciendo.